quinta-feira, 14 de fevereiro de 2013

El infiltrado

En la cama, con ganas de dejar de ser, volar sin desplegar las alas y llegar al mundo mágico de los sueños. Pero estas noches hay un infiltrado no deseado, el dolor. Cierro los ojos y se me presenta en forma de fuertes palpitaciones. El corazón, no se lleva bien con el dolor y golpea con fuerza el pecho Intentando huir. Yo me inquieto mientras el dolor sonríe y crece. Lo pasa bien. La respiración intenta intentaactuar suavemente, y así, como quien no quiere la cosa, matar de relajación al dolor: "Inspira ... expira ... inspira ... expira .." pero ay! El corazón que palpita cada vez más y parece que se va a salir por la boca, asusta a la respiración que se ahoga y el dolor persiste ...

... Y pienso que quizás, es precisamente este acto el que facilita la aparición del dolor. Y si cambio mi cabeza por una calabaza? Seguro que corazón y respiración fluirían tranquilamente. Mientras imagino calabazas vacías de pensamientos cruzó sin darme cuenta la línea que separa los dos mundos. Al fondo, la realidad desdibujada y en primer plano el sueño, que mata e dolor con un beso bien dulce, uno de esos que se alargan y terminan siendo más que un beso. El dolor se deshace ipso facto y gozo, por fin, de un cálido abrazo con el sueño. Pero una no puede dormir para siempre, y aunque despierto con una sonrisa por haber acariciado las sensaciones mas agradables, vuelvo a cruzar sin querer la línea de los dos mundos. La realidad se manifiesta y dibuja, de nuevo, al infiltrado no deseado......

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